jueves, 21 de enero de 2016

¿Quiénes somos? El blog de Antropología Médica Crítica


El blog de Antropología Médica Crítica es un medio de difusión de las reflexiones que se propician al interior de la asignatura del mismo nombre dentro de la Escuela de Psicología de la Universidad de Tarapacá, de la sede Iquique (No existe en Arica y por lo tanto no es una experiencia genérica, sino una iniciativa puntual de los sujetos autoconvocados).

Busca ser un espacio de difusión de las reflexiones, posturas, disensos y acciones que surgen apoyadas en una reflexión desde algunos referentes teóricos contrahegemónicos que han pensado los problemas de salud, enfermedad y los procesos de atención desde su íntima articulación con las determinaciones sociales, culturales y económico-políticas. 

Nos parece que este espacio es importante, en tanto las concepciones hegemónicas de la psicología abordan los problemas de salud desde perspectivas que son solidarias de las exigencias que impone la mercantilización neoliberal del mundo de la vida: la psicología hegemónica psicologiza, y al hacerlo, individualiza el sufrimiento colectivo e invagina las causas socioeconómico-políticas en el interior del sujeto, culpabilizándolo de procesos estructurales de los cuales más bien es efecto, cuando no víctima. 

Para esto la psicología hegemónica reifica procesos sociales a través de una mitología de lo individual: el sujeto con sus edipos, sus pulsiones, sus significantes amos nunca suficientemente políticos, sus esquemas cognitivos, sus organizaciones de significado personal –nunca social-, sus experiencias de desarrollo personal, sus aprendizajes significativos –cuya significación se reduce al narcisismo de la pequeña diferencia de lo singular-, sus mecanismos de defensas, sus envidias preedípicas, sus pregenitalidades… todos conceptos en los cuales siempre se repite una única imagen que es la imagen del individuo, aislado, que se mira el ombligo a través de sus pequeños espejos ideológicos.

Esta mitología de lo individual reduce lo colectivo al estatuto epistemológico de la especie: parece que lo único en común fuera una supuesta constitución pulsional, unos mecanismos de defensa genéricos, un funcionamiento cognitivo más o menos homologable al cogito cartesiano, unos complejos familiares universales, desconociendo la amplia diversidad cultural que existe entre las culturas y al interior de las mismas formaciones sociales estratificadas en las clases y posiciones sociales. 

La psicología, además, envidiosa del exitismo de las neurociencias, aún en la elipse de sus extravíos biologizantes, busca un arraigo biológico a sus mitologías individualistas, cuando no un paralelismo psicofísico, que lo aleja de una epistemología relacional, esforzada por pensar la interrelación de lo social, cultural y económico político. 

Contra todo aquello, en este espacio nos damos cita para pensar y criticar nuestra cotidianeidad neoliberal, apoyándonos en algunos de los autores que mayormente han aportado al campo de la antropología médica crítica. Es por esto que recorrimos un itinerario donde aprendimos la denuncia de la iatrogenia del saber biomédico con Illich; analizamos con Gotzsche el funcionamiento de la industria farmacológica según la lógica del crimen organizado; buscamos acercarnos a una epistemología relacional desde los planteamientos de Marx aterrizados a nuestra realidad entre otros por Carlos Pérez Soto; revisamos los planteamientos de Foucault sobre la Biopolítica y la Gubernamentalidad; nos deleitamos con la profunda crítica historicista de Ernesto de Martino; dimos vitalidad desempolvando los conceptos de Símbolo Hegemónico y Crisis de la Presencia, en la búsqueda por un abordaje de la experiencia humana del sufrimiento no patologizante; nos sensibilizamos siendo parte de algunas acciones de movilización contra el extractivismo minero en Tarapacá; nos detuvimos a observarnos nosotros mismos en la dinámica de clases, haciendo observación participante de una clase regular; nos detuvimos a analizar también la realidad palpable de nuestra cotidianeidad, en la locura del consumismo navideño, tratando de entender sus resortes, contradicciones y sus influjos en el sufrimiento de fin de año.

Colectivamente hemos hecho varios aprendizajes: aprendimos el valor de zamarrearnos mentalmente algunas de las certezas ideológicas que la formación en psicología nos había llevado a incorporar sin problematizar; aprendimos a desaprender... aprendimos que no podemos aprender sin cuestionar lo que se nos enseña; aprendimos que la sensación de completud con la que finalizamos algunas asignaturas no puede ser sino ilusoria, ya que el saber en cualquier área es hoy imposible de aprehender en un semestre o 5 años... las asignaturas no pueden ser amuletos que colgamos en nuestro cuello y que nos protegen ante la angustia de la inmensidad; aprendimos que aprender no es vomitar un conocimiento en un papel o en las prácticas; aprendimos que definir es delimitar y que si nuestra práctica está definida por el método científico debemos ir más allá del método; aprendimos que la intimidad que es sistemáticamente excluida de la racionalidad científica tiene un lugar en los diarios de campo, en el método etnográfico y que por lo tanto hay una forma de rigurosidad profunda dada por la reflexividad de dicha subjetividad.


Buscamos ser un espacio respetuoso de las diferencias entre nosotros y reflexivos respecto de cómo desde esas diferencias reproducimos ente nosotros mismos las lógicas de hegemonía/subalternidad, ya que entendemos que es importante para poder contribuir con la transformación de la realidad, hacer estas microexperiencias y legitimarlas de manera colectiva, para que la condición subalterna no sea descalificada en su pensamiento como delirio, ni en su experiencia como alucinación.    

Pues, como una lectura De Martiniana nos ha enseñado, el juicio sobre la realidad del objeto delirante o alucinatorio, debe ser interrogado desde la crítica histórico-política sobre el concepto de realidad desde el cual partimos. De lo que se trata por lo tanto es de disputar la definición misma de lo que es la realidad: de esta manera lo imposible será lo históricamente construido como tal y lo posible sólo la alternativa a la cual nos hemos cerrado colectivamente en el proceso de la historia como drama humano.   

  






























La explícita manipulación del mercado en épocas festivas



La navidad en la sociedad actual es la mejor excusa que tiene el mercado para promocionar el consumo excesivo mediante la manipulación emocional y afectiva de las personas. Es a través del consumo que un padre demuestra afecto e interés a sus hijos.
La compra de objetos innecesarios a mayor costo que el resto del año, demuestra el cómo ya no somos capaces de racionalizar nuestras propias acciones. Pareciese que ya no existen nada más importante que el poseer objetos.
Las personas se crean un estatus social por medio de la cantidad. La educación, la moral, la historia, etc. todo es menos importante a la hora de comprar los obsequios.
Diario de campo, domingo 20 de diciembre
“Son cerca de las 4 de la tarde, el mall se ha llenado de personas que caminan de un lado a otro con sus nuevas adquisiciones, objetos, juguetes que no durarán mucho tiempo en sus manos… son los regalos.
Una mujer está comprando en una tienda, su hijo de aproximadamente 5 años llora, al parecer de cansancio… “¡Basta!- dice ella- falta poco para ir a comer – concluye-. La prioridad por supuesto es su consumo (objetos destinados a expresar su amor), no el pequeño.”
En occidente, en Chile, las publicidades se encargan de vender productos vestidos de felicidad, de amor y bienestar y ocultan las deudas que se deberán pagar los meses próximos. En la cultura de lo inmediato lo que importa es la satisfacción rápida de una necesidad. Pero ¿Cuál?, la de comprar y consumir con el único objeto de poseer todo lo que sea posible.
La obligación que se siente de retribuir la atención y cariño que se obtiene del otro, con objetos, son pruebas claras del triunfo capitalista y fracaso de nuestra humanidad. Se retribuye con costos, con dinero invertido, no con agradecimientos o tiempo dedicado al ser querido.
Desde que la industria logra su fin (la producción y venta del producto a un alto costo mediante mano de obra barata) como actores sociales parecemos estar condenados al consumo innecesario.
Los bienes  obtenidos durante el año no tienen siquiera importancia frente a los regalos de navidad. Cada regalo lleva implícito en la etiqueta el deber, deber ser, deber hacer, deber regalar.
La navidad es un éxito en sociedades con economías liberales, es el mayor éxito del año. No sólo se invierte en presentes, también en adornos, ropa para la ocasión, una cena más costosa que la que se tendría en cualquier otro momento, esto debido a la mayor demanda que aumenta los costos de venta.
El porqué celebrar, en muchas familias puede que ni se mencione, lo importante son las peticiones de regalos que se hacen entre los integrantes con la esperanza de que el objeto represente el interés y afecto que el otro expresa.
Existe una presión social al consumo, si no se compra significa el no interés por el otro, por la familia y amigos. Si el motivo es la falta de dinero pareciese que la marginación es aún mayor.
Pero ¿Qué produjo las mayores tasas de consumo en las épocas festivas? ¿Fue el mercado? ¿Fue un aprendizaje social? ¿Fueron las costumbres reforzadas por las publicidades? Parece que todo contribuye al aumento de deudas pero jamás de felicidad.

Este sistema capitalista al que le llaman neoliberal



Este sistema capitalista al que le llaman neoliberal, me tiene sentado frente a un computador ingresando ventas de productos que según la gente son de “primera necesidad”, me parece dudoso aquello: porque no vendo comida, no vendo camas, ni si quiera vendo drogas, si no que vendo artículos electrónicos y accesorios para celulares; de manera inminente me surge una pregunta, esa necesidad de la que hablan mis clientes (como un cargador para su celular si no estarán incomunicados, cables de audio, enchufes de pared, radios portátiles, controles universales para televisores, etc.), ¿realmente es un necesidad intrínseca dentro de ellos?, más bien me parece una necesidad diseñada, formada e implantada por el sistema, sistema el cual genera necesidades artificiales y basadas en el consumo, grandes estrategias económicas con intereses de fondo. A veces siento que  esto se no ha escapado de las manos. Pensé esto cuando mi supervisora me regañó por no cumplir la meta diria de ventas, si sigo no cumpliendo metas me despedirán por ineficiente, es decir, por inservible para el trabajo en el que estoy. Fue en ese momento que me di cuenta que ni si quiera se para quien trabajo, mi jefa no ganara menos si yo vendo menos, pero si gana dinero por regañarme y exigirme vender más, no conozco ni si quiera una persona que se beneficie con mi trabajo realizado, pero de seguro que existen; a lo que quiero llegar es que las estrategias económicas se gestan en lo macro de alguna institución para a su vez afectar e influir en lo más micro e inconsciente del ser. Aquel regaño de mi jefa no duró mucho, debido a que algo fuera de lo común sucedió esa misma semana y en la siguiente, el Mall Plaza, una de las instituciones más simbólicas del capitalismo en la ciudad y país, estaba totalmente rebalsado en gente, rebalsado en plata, en tarjetas, en compras, en desesperación, casi como una euforia colectiva frente a mis ojos; no solo cumplí mis metas del día durante esas semanas, si no que las triplique, cambio repentino que tuvo sentido cuando miré el calendario y noté que estábamos en las últimas 2 semanas del año, o sea, se acercaba la celebración de la paz, de la unión, de la solidaridad, la fiesta más esperada por los niños pero no tanto por los adultos: estábamos a vísperas de la navidad.

Detrás de la fiesta de la navidad existen diversas costumbres y tradiciones, ente ellas: adornos alusivos, un árbol plástico con luces y villancicos sonando lo mas polifónico posible, una cena donde se trata de reunir a la familia, y los infaltables regalos casi como un fin último de la navidad, lo que resulta contradictorio con el discurso normativo que reproduce y repite la gente:
·         Estructuras hegemonizadas dadas por el resto,
Seres incapaces de un análisis correcto,
El contexto los hipnotiza pensando que hacen las cosas bien
El capitalismo un chip implantado en tu cien.

Solo reproducen el discurso del curso actual,
Es injusto que reflexionen sin pensar,
Hablan de la navidad, de su verdadero sentido,
Estar en familia y celebrar a Jesús en una cena reunidos

La familia nos educa,
Nos dicen que los regalos no importan tanto,
Sin embargo resulta amargo
Que después de las 12 el único sentido sea ver regalos bajo el árbol.
Resulta una práctica tan internalizada, que abogamos por las “buenas intenciones” de la navidad (paz, amor, reunión, solidaridad, etc) pero aun así caemos en el juego de quienes nos tratan de regular, lo hacen a través de los “dispositivos de orden social”, es decir, escolaridad, religión, medios masivos de comunicación, entre otras estructuras que se pretende nos eduquen e informen pero con un material que solo ellos manejan y deciden entregar. Nos vuelven personas homogéneas, siguiendo un patrón de conducta similar (hablando en grandes rasgos) ya que les conviene, se les hace más fácil dominar. Entonces, es ahí cuando mi querida vecina luego de otorgarnos el sermón navideño de costumbre, hablando de la importancia de la unión familiar por sobre los regalos, se encontraba en la misma fila de clientes de mi trabajo esperando a comprar unas carcazas del nuevo iphone 6 s para sus regalones, sin dejar en segundo plano la cantidad de bolsas que colgaban de sus manos:
-          Que paso vecina?!, ¿no que los regalos no importaban mucho?
-          Shuta flaquito, tu sabí que lo niños son niños, después pensarán que ni el viejito pascuero ni yo los escucho, hay que mantener la magia con ellos al menos, ya que ya se perdió con el Lucho…
-          Veo que está complicá la cosa vecina, y que tal los regalos, ¿Están muy caros?
-          Pues claro que están caros los regalos, mis hijos la Belén y el Gonzalo cada vez piden juguetes más raros, yo ya ni entiendo la tecnología, ayer eran los soldado de plástico y quien sabe que inventan hoy en día, aunque fíjate que no los encuentro tan malo, en el comercial de la tele dicen que son más didácticos, me imagino que más sanos.
La publicidad esparcida en los medios es una de las herramientas más potente que tiene la hegemonía de turno, de alguna manera implantan en la población el ideal capitalista seduciendo al consumo, haciéndote parte del, porque de lo contrario no eres parte de nada. De cierto modo entendí a mi vecina cuando me dijo: “…tu sabí que los niños son niños…”, claro, que culpa tienen ellos de crecer en esta generación con estímulos tecnológicos constantes, con la televisión que moldea sus pensamientos, crecen con la concepción de la figura del viejito pascuero como un ser omnipresente y repartidor de recompensas en base al comportamiento anual, siguen creciendo y aunque se den cuenta de que en realidad los repartidores de recompensas y afectos son sus padres y cercanos y no el viejito pascuero, aun así siguen esperando su respectivo regalo, de lo contrario el niño sentirá que no lo quieren o que no les interesa a sus familiares; continua creciendo, y cuando el niño ya se hizo adulto lo más probable es que ya no esperé ningún regalo, sin embargo, se sigue sintiendo comprometido con la hermosa navidad, y esta misma le engendra en lo más profundo de su ser la necesidad de comprar regalos: CIRCULO VICIOSO,caímos redonditos.
Gastemos todo nuestro dinero en regalos!, de las deudas preocupémonos después, ¿te sientes angustiado?, no te preocupes, recuerda que la plata invertida fue depositada en tus seres queridos, es importante demostrarle tu afecto en estas fechas especiales, ¿aun así te sientes angustiado? ¿no encuentras el regalo que quería tu novia?, relájate! No olvides el verdadero motivo de la celebración de esta fiesta: el nacimiento del niño Jesús, ella sabrá comprender tu intención aunque no le guste tu regalo, de todos modos podrán celebrar el nacimiento del creador, ¿o acaso no te has dado cuenta de que somos todos religiosos?, por supuesto que somos todos religiosos!, sale a darte una vuelta por la ciudad, las luces en las casas, los adornos en las calles, los resplandecientes árboles de navidad en cada living (sin dejar de lado a los que instalaron el árbol blanco nevado, rindiendo honores a la blanca y nevada y navidad, de seguro que luego armar su arbolito salieron hacer monos de nieve), esto nos hace a todos participes de la navidad: católicos, evangélicos, ateos, delincuentes, millonarios, ¡a todos! ¿ No lo encuentras perfecto?!.
Déjame decirte que realmente es perfecto, perfecto para las grandes empresas, perfecto para Coca-Cola que hizo historia con la imagen del viejo gordo vestido de rojo, perfecto para los bancos que son precisamente en estas fechas donde se soban con más ganas las manos, perfecto para la moral occidental que continua con el éxito de una de sus costumbres más arraigadas.

miércoles, 20 de enero de 2016

Cábalas de Navidad: Origen, actualidad e implemento de adaptación.



Velas blancas para la buena suerte, un muérdago para besar a la persona que más amas, una sortija en copa de champagne para una relación duradera, son sólo algunas de las cábalas de noche buena, y a pesar que supuestamente hemos superado la época de la brujería, aún creemos en las supersticiones o en las señales de mala suerte, atribuyendo a objetos, personas y actos, virtudes de tipo “mágicas”.



Primero es necesario aclarar, qué es una cábala; para algunos es un método simple, que define la posición del ser humano en el universo. Otra definición de esta consiste en la existencia de dos fuerzas: el deseo de recibir y por otorgar. Pero la definición más objetiva es la que trata las cábalas como una disciplina de pensamiento esotérico, la cual tiene relación con el judaísmo. Ésta logra utilizar métodos analíticos de sentidos ocultos de la “Torá” (el texto sagrado de los judíos, denominado Pentateuco por los cristianos, el que representa los cinco primeros capítulos de la Biblia).



Origen



Las cábalas tienen sus orígenes a finales del siglo XII en Europa  y durante el renacimiento místico judío en Palestina otomana. Como tal, las cábalas son el conjunto de tradiciones místicas judías que se fueron acumulando desde la época antes de Cristo, que se llegaron a reinterpretar sus escritos.



En esencia, la cábala pretende buscar la iluminación o mejor dicho el medio para conocer la realidad que nos rodea.




En la actualidad



El ser humano es dinámico, se mantiene en constante cambio, pero en este aspecto, todavía hay quienes creen en brujas y magos; pero todo esto depende de como esta funcionando la psique de cada individuo. Aunque los adelantos de la ciencia son mayor cada día, creer en las cábalas parece mucho más común ahora que antiguamente. Inclusive los mismo científicos aceptan la posibilidad de ésta.

Las personas tienden a relacionar una situación favorable con un objeto determinado, incluso puede transformarlo en un talismán, por el simple hecho que ambos se presentaron de forma simultánea, sin siquiera cuestionar la naturaleza del suceso.


Para algunos cientifico las cábalas es un condicionamiento operante, o sea un comportamiento reforzado por la recompensa y  aunque  los seres humanos logran darse cuenta de cómo funciona el mundo, pero de igual manera desean creer en la ocurrencia de acontecimientos altamente improbables contrarios a la razón y suelen establecer una relación causal si observan una coincidencia entre dos acciones o sucesos.



Implemento para la adaptación



Muchos de estos mitos, no tienen una procedencia clara, ni certera, pero ante la duda colectiva, muchos deciden ponerlo en práctica, es por esto que se considera un tema de reaseguramiento y control. Con las cábalas, las personas ponen una doble confianza de que todo saldrá bien. Por lo general, uno siente que realizando esta acción, asegura un bienestar de esta, y es por eso que las personas que tienen miedo al cambio y al descontrol, suelen practicarlo más.

La persona que se encuentra segura de esta “superstición” logra una predisposición intrínseca, la que le ayuda a ganar valor para afrontar los cambios o acciones, que desea cometer, incluso modificando su propia conducta para alcanzar el objetivo. Basándonos en lo anterior, las cábalas están hechas para que el ser humano se siga adaptando, a pesar de tener miedo a cambiar algo de sí, atribuyendo a objetos normales características de fortaleza, reflejo de sus miedos, para lograr una sensacion de libertad y poder seguir enfrentando los obstáculos que nacen  en el trayecto de la vida.



Es por eso que las cábalas es una creencia, sin relación alguna con la fe y contraria a la razón. Nuestro cerebro puede creer que cosas de carácter mágico deben tener una explicación racional, pero no todo se puede explicar de forma lógica, algunas de estas se encuentran en un nivel de conocimiento al que no se puede acceder y seguirán siendo un misterio.