miércoles, 20 de enero de 2016

La navidad y sus repercusiones para la salud




Los problemas de salud que se observan en las fechas festivas, de las cuales tratará el siguiente tema son diversos. Estos pueden surgir principalmente por dos causas, primero, por el exagerado énfasis que se le da a experimentar estas festividades de forma exacervada, gastar todo el dinero posible para hacer feliz a la familia, alimentarse hasta estar extasiado y por supuesto, alcoholizarse para no notar el cambio inconsciente de emociones por las cuales pasamos y queremos finalmente olvidar; o segundo, porque el estrés generado se acumula con enfermedades previas, depresiones enterradas, situaciones traumaticas, muertes, soledad, pobreza, que puede incluso terminar en un suicidio, sí, en navidad.


El fin de un año puede ser bastante complicado para la mayoría de la población, de la cual el 20% sufre de una depresión en estas fechas. Sentir que no se han logrado las expectativas que se propusieron, la presión de los compromisos previos, el estar sin compañía, son factores que generan comúnmente lo que se denomina “síndrome navideño”, llamada depresión temporal, disminución de la apatía, aumento del estrés y la angustia. 

Se vive una real manía navideña, las emociones suben y bajan sin control, la euforia experimentada por las emociones “buenas”, van de la mano con las del otro polo, con las emociones como la melancolía, la tristeza y la rabia. La manía hace que los individuos exageren con las decoraciones, pongan tantas luces como sea posible, compren la mayor cantidad de regalos, inviten a todas las personas que conozcan a su casa, pero aún con todo esto se sienten vacíos, sin experimentar una verdadera alegría por compartir con los demás.

Suicidio en navidad

En Junio y en diciembre existe un mayor numero de suicidios que en los demás meses del año, pero pese a que coincide con las fecha no se atribuye el incremento por estas mismas, aún asi,  los eventos estresantes, a los que se les otorga importancia, son factores relevantes. El fin del ciclo escolar y trabajo, navidad, año nuevo, discapacidades, enfermedades crónicas, aislamiento social, problemas económicos, son todos factores que hay que tomar en cuenta. Por ejemplo, si la motivación es económica, puede ligarse a la fecha el hecho de no poseer el dinero para aportar con una navidad “esperada”, socialmente adaptada a la del resto.

Navidad: “¿paz y amor o estrés y consumismo?”

Título llamativo para una fecha tan esperada, que no debería ser encontrado en estas fechas festivas, pero lamentablemente, abunda en internet. Es una realidad vivida por todo el planeta, en especial en los sectores occidentales y a quienes los asecha el consumismo. Uno de los factores que hace predominar el estrés en estas fechas es precisamente la frase cliché que todos utilizamos: el “espiritu navideño”. En diciembre aumenta un deseo por conservar a la familia y amigos cerca, por estar contento e irradiar felicidad con la familia, llegando a un punto de no permitírsele a las personas sentirse nostálgicas, tristes o incluso estar en un estado emocional plano, y lo más importante de todo, llevando inconscientemente a las personas a gastar y gastar, incluso más de lo que sus bolsillos les permiten, fomentando y facilitando el endeudamiento con el fin de que no falten los regalos, aumentando esta obligación imaginaria. 

La presión que se ejerce por los medios de comunicación, por las llamadas telefónicas, los regalos, la cena, la junta familiar, son precisamente aquellos factores relevantes que hacen aumentar la ansiedad y el estrés en cada individuo. El estrés se ve incrementado por ser fin de año, por ser invierno en otros sectores del mundo, (lo cual incrementa notablemente la depresión), por la falta de dinero suficiente para sostener a la familia, y un plus, darle a esta misma lo que la sociedad exige que debe recibir. 

Las tasas de depresión se incrementan sustancialmente en estas fechas, con una notoria alza de julio a diciembre, especificamente en el último mes del año, en el que la economía decae, la energía y las ganas por expresarse con júbilo también, la familia está cansada pero los niños ensimismados con la cultura esperan recibir todo aquello que la televisión indica, regalos 2x1, cenas abundantes, paseos en bicicleta, encuentro con toda la familia, etc. La televisión es un impulsor claro de consumismo, que inculca cada acción que debemos realizar y expresar, incluso, la manera en que debemos enfermarnos. 

En internet se encuentran diversos articulos, Facebook y otros medios masivos dan cátedra de como la gente debe atravesar estas fechas: “cómo enfrentar la navidad”, “cómo superar el estrés”, “la depresión post navidad”, “la depresión pre navidad”, “cómo enfrentar la nostalgia que inunda a la familia y a los integrantes mas longevos”, los mismos medios nos dicen como sobrevivir a la navidad, el mes más feliz del año.

Por otra parte, hay algunos que indican que la depresión se produce después, en los meses de enero y febrero, cuando la producción se detiene (vacaciones en el trabajo, lo cual implica una menor cantidad de responsabilidades) y las personas tienden a entrar en un proceso de producción de pensamiento que está inmensamente influenciado por aquellos producidos en las fechas festivas, las cuales traen emociones fuertes, como la melancolía, un estado anímico en el que Según Freud predomina una desazón profundamente dolida, una cancelación del interés por el mundo exterior, la pérdida de la capacidad de amar, la inhibición de toda productividad y una rebaja en el sentimiento de sí que se exterioriza en auto reproches y autocastigo”.

Otros problemas, inherentes a la navidad, son los relacionados con la excesiva ingesta de comida que se vivencia durante estas festividades. Existe una locura por comer, se rompen dietas y se comen cosas fuera de lo común, especialmente alimentos altos en grasas y azucares, los cuales traen diversas molestias físicas cómo indigestiones, acidez estomacal y digestión lenta. Pero las dolencias con respecto a la ingesta, no sólo son en relación a los alimentos, también alarma el aumento en el consumo de alcohol. Durante la navidad es común que las personas consuman diversos tipos de alcohol, incluso existen algunos tradicionales de la época, cuyo consumo llega a ser casi una obligación. 

El consumo elevado de alcohol, sobre todo cuando es fuera de lo común, como sucede en la navidad, puede producir problemas a la salud como un aumento de los triglicéridos, gastritis, pancreatitis, elevar la presión arterial o incluso llevar a una intoxicación que puede producir la muerte. También es importante mencionar los problemas con los pares, que puede traer el consumo, como lo son las peleas, o los accidentes de tránsito producidos por personas bajo la influencia del alcohol.

La cultura en la que vivimos relaciona el consumo de alcohol con las celebraciones, pero no es sólo consumido por las personas que se sienten felices, también se acostumbra a consumir cuando se siente lo opuesto, cuando se siente triste, y como esta celebración tiene diverso sabor para cada persona, el consumo de alcohol es muy alto.

La navidad lleva consigo problemas asociados directamente con la salud, siendo los más importantes, los relacionados con la salud mental. Esta festividad ha sido asociada comúnmente con sentimientos positivos, lo normalmente denominado como “espíritu navideño”, lo cual implica un ánimo especial asociado a la fecha, sentir felicidad, ganas de compartir en familia y de mantenerse en un estado positivo, lo que no siempre es posible debido a las enormes presiones que esta festividad incluye. Las preparaciones, inherentes a esta fiesta, son vividas como obligaciones inconsciente por la mayoría de las personas, adornar la casa, comprar regalos, preparar la cena, son cosas que generan el estrés que provoca la mayoría de los problemas de salud mental que surgen en la navidad.   

La nostalgia junto con la alegría propia de la navidad y año nuevo, la tristeza por situaciones anteriores que hayan marcado la navidad o se recuerden específicamente en esta fecha, lleva a que haya una mezcla entre sentimientos dulces y amargos, en la que además se llama a realizar un proceso de producción del pensamiento donde se insta a recordar, recordar a la familia, personas que ya no están, rivalidades formadas, relaciones que finalizaron o comenzaron, nacimiento de hijos, todas situaciones que por una u otra razón han marcado a las personas y que suelen resurgir en estas fechas claramente provocan una alteración emocional importante, sumado también al aumento de estrés general en la población, al consumismo que se ve en cada esquina y se escucha en cada palabra, a la sensación de que todo debe de realizarse dentro de una fecha límite, que puede expirar, explica que sea una fecha llena de conflictos, donde cada persona reacciona de manera distinta y en la que se necesita de mucha fuerza.

Consideramos muy importante ser consciente de todas estas problemáticas para así poder prepararse mentalmente para enfrentar una fecha tan cargada de energía y sentimientos. El tener presente que es una festividad más, que es inventada e impuesta, y que todas estas obligaciones que nos imponemos están en nuestra mente y en nuestra realidad social será de mucha ayuda para poder dejar atrás todas las dificultades que trae la navidad. Relajarse y tomarse con calma los preparativos y las presiones nos permitirán sacar el mejor provecho de esta fecha que difícilmente dejara de ser celebrada pronto.

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